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¡Queridos en Cristo padres, hermanos y hermanas!
¡Cristo ha resucitado!


No hay nada más perfecto, profundo y apasionante en toda nuestra tradición litúrgica de la Iglesia que los servicios de la Semana Santa, que nos llevan en la noche de la Resurrección hasta el sepulcro vacío.
¡No está aquí, ha resucitado! (Mt.28,6). Al escuchar estas palabras del Ángel, las repetimos repetidamente con voces humanas en diferentes idiomas y dialectos, y nos regocijamos, anticipando nuestro encuentro con el Señor que se levantó de los muertos.
San Filaret de Moscú comparaba la Resurrección de Cristo con el giro de la llave, que abría las puertas del Paraíso y las mazmorras del infierno, pero que a la vez abría nuestra mente para comprender la Verdad, para el entendimiento de las Escrituras y que también abría nuestro corazón para el amor de Dios.
Entraremos en esta puerta que se abrió delante de nosotros. Detrás de ella al mismo tiempo se encuentran la libertad, el perdón, la reconciliación con Dios, el Reino Celestial y el hogar del Padre.
Queridos hermanos y hermanas! Apreciaremos especialmente la experiencia espiritual de la Pascua de Cristo en el momento que éste. Todo esto pasará y no dejará rastro. Pero nuestra gozo, Pascua y triunfo, nadie ni nada nos quitará. (In. 16,22) ¡Verdaderamente Cristo ha resucitado!
Néstor, Arzobispo de Madrid y Lisboa.

Madrid, la Pascua de Cristo 2021.

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